“¡Buenos días, ‘broder’!” fue el sorprendente saludo que dio inicio a una conversación telefónica inesperada. Mi interlocutor confesó haber cometido un error al transferir 450 CUP de saldo móvil, fondos que, en realidad, estaban destinados a otra persona. “¿Podrías reenviármelo?”, solicitó finalmente.