Si se pide nombrar un deporte que pueda darle a Cuba grandes sorpresas en Tokio 2020, más de uno hablará del canotaje como uno de los principales candidatos. Aunque queda la tristeza de no clasificar a ningún representante en el kayac, los cinco representantes de la canoa tienen argumentos suficientes para buscar la admiración de todos.
Mientras tanto, el ciclismo no puede decir lo mismo y con solo un cupo en la prueba de ruta quedó muy por debajo si se le compara con anteriores citas olímpicas. ¿Qué opciones tienen unos y otros? ¿Podrá el canotaje concretar los pronósticos? ¿Qué esperar de nuestra única pedalista en Tokio? Cubadebate sigue acercándose a las opciones de nuestros deportes a menos de un mes para el inicio de la cita estival.
Canotaje: Sueños con marcas de juventud
En Tokio otra vez el C2 a mil metros, bote insignia del canotaje cubano, saldrá con las principales opciones no solo de subir al podio, sino de conquistar un título que sería histórico para el deporte antillano. Luego de su sexto lugar en Río 2016 y sus tres platas consecutivas en los campeonatos mundiales de los años siguientes, la dupla de Serguey Torres y Fernando Dayán Jorge bogarán en la urbe japonesa en pos de la gloria máxima.
Además de su historial en las últimas competencias de primer nivel, entre los méritos de los criollos aparecen dos excelentes actuaciones en par de Copas del Mundo convocadas en el actual año. Entre ellas sobresale el segundo puesto en la ciudad húngara de Szeged, sobre todo porque a diferencia del evento convocado en la rusa Barnaul, allí sí estuvieron los principales candidatos al podio olímpico.
En esa regata los cubanos solo cedieron por menos de un segundo ante la pareja alemana de Sebastian Brendel —triple campeón olímpico y doce veces titular mundial— y Tim Hecker, mientras dejaron por detrás a los también favoritos brasileños Isaquiaz Queiroz y Jacky Nascimento.
Justamente el bote teutón y el carioca, junto a otros de China, Rusia y República Checa, aparecen como los principales contendientes en un evento que le ha dado al canotaje de Cuba dos de sus tres preseas bajo los cinco aros.
Dos días después de esa final, el propio Fernando Dayán iniciará la ruta en el C1 a mil metros, una prueba donde también concursará el prometedor José Ramón Pelier y que igualmente le puede dar a la Isla interesantes alegrías. En este caso ambos tienen potencialidades para incluirse en la final y luchar por la mejor ubicación posible.
Para Fernando Dayán la prueba significará medirse a sí mismo y emular la dualidad que otros grandes canoístas ponen en práctica en torneos de esta calidad. Para Pelier, en cambio, implica concretar los pronósticos luego de su título en el mundial juvenil de 2019. Como mismo ocurre en el C2, aquí también sale como máximo candidato al título el alemán Brendel, no sin encontrar resistencia en el cariosa Queiroz o en el checo Martin Fuksa.
Por su parte, entre las damas también existen opciones interesantes, sobre todo para conseguir un acceso a finales inédito para las canoístas cubanas. Para ello, la Mayor de Las Antillas cuenta con la dupla de Yarisleidis Cirilo y Katherine Nuevo, dos muchachas de menos de 20 años que pudieran conseguir avances en el C1 y el C2 a 200 y 500m, respectivamente.
A la prueba individual Cirilo llegará como subtitular mundial entre juveniles, un resultado al que unió en este 2021 su plata en la difícil parada de la Copa del Mundo de Szeged y su oro una semana después en Barnaul. Así, una ubicación entre las ocho primeras de la prueba en Tokio no parece alejada de la realidad, aunque para ello la nuestra tiene el desafío de controlar la presión que significa debutar en unos Juegos Olímpicos.
En esa disciplina la máxima favorita es la también jovencita estadounidense Nevin Harrison, actual titular mundial y la única que venció a la antillana en Hungría.
Finalmente, en el C2 a 500 metros Yarisleidis se unirá a Katherine Nuevo para intentar emular el sexto lugar de ese bote en la última cita mundial. En Tokio ambas tienen empuje como para buscar un puesto entre las diez primeras, aunque avanzar más allá de las semifinales tampoco parece un propósito descabellado.
En sentido general, el canotaje cubano puede aspirar a una medalla y otros tres accesos a finales en el torneo bajo los cinco aros. Materializar esa posibilidad y aprovechar el empuje de un equipo joven y con resultados ascendentes en los últimos años podría significar una clarinada para un deporte con serias ambiciones de cara al futuro. Ahora resta ponerle fuerza a las paletadas y a los sueños.
Ciclismo: La Sierra de Cuba
Luego de varias citas con presencia de mujeres cubanas en los velódromos del ciclismo olímpico, en Tokio 2020 las bielas antillanas estarán prácticamente quietas. Solo Arlenis Sierra consiguió un cupo para pedalear en la prueba de ruta, un evento que se torna sumamente complejo para una mujer talentosa pero que competirá sola frente a sólidos equipos que trabajarán para beneficiar a sus principales figuras.
Aun así, la mejor rutera cubana de todos los tiempos llegará a la capital japonesa en el lugar 25º del ranking del Tour Mundial, una posición que sostiene sobre todo gracias a su constancia en varias de las principales carreras en el continente europeo. Para ella, superar el escaño 28º de Río 2016 significaría un excelente resultado.
En un recorrido de 137 km que incluye una larga subida hasta los 1121 metros sobre el nivel del mar, una meseta de 16 km a esa altura y luego un descenso de otros 16 km para buscar el tramo final, la clave para la caribeña será lograr mantenerse en los grupos de avanzada y buscar una buena posición de cara a la meta.
En la prueba, estelares como las holandesas Annemiek van Vlauten, Anna van der Breggen y Marianne Vos, así como la italiana Elisa Longo o la noruega Emma Norsgaad salen como grandes favoritas. Para Arlenis, sin embargo, el reto contra ella misma ya está planteado.
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