La gran fiesta del disco en Cuba: la Feria Internacional Cubadisco, llegará del 15 al 23 de mayo próximo en su edición 20-21, que comprende las producciones discográficas de dos años y se valida como el auténtico regalo que es, desde y para quienes aman y defienden nuestra música.
Al resumir dos calendarios del quehacer fonográfico y audiovisual, el actual capítulo del Cubadisco configura un escenario atípico, así como supone retos adicionales para instituciones y actores, con la prioridad y el mandato de vigorizar la industria musical.
Sobre todo porque estos dos años son los de mejores estadísticas cuantitativas en términos de creación, al tiempo que lo son desde una óptica cualitativa. Ese primer impacto esbozado le imprime un alcance superior a un evento que ha respondido desde la altura de ese bastión de la cultura cubana que es nuestra música. De manera que aunque los grandes escenarios no han estado abiertos al público, la creatividad y el arte no entienden de confinamientos estériles.
De la importancia del Cubadisco, las características del capítulo 20-21 y su repercusión en las dinámicas de desarrollo de la industria musical cubana, trató la Mesa Redonda de este jueves.
Para ello comparecieron en el programa radio-televisivo los principales organizadores del mayor evento musical de la Isla: Indira Fajardo Ramírez, presidenta del Instituto Cubano de la Música (ICM); Jorge Gómez Barranco, presidente de la Feria Internacional Cubadisco; y Caridad Diez Ferrer, musicóloga y miembro del Comité Académico.
Música, sonido e imagen: Cubadisco por dentro, reinventando espacios y puentes
A las puertas de una nueva edición, del 15 al 23 de mayo, Cubadisco 20-21 se consolida además por adentrarse en el ámbito de la celebración de su aniversario 25, que se el año próximo. Así lo significó este jueves la presidenta del Instituto Cubano de la Música (ICM), Indira Fajardo Ramírez, al intervenir en la Mesa Redonda.
“Ya han sido 24 ediciones, desde el año 1997, en el que se ha refrendado como una plataforma para mostrar, a manera de vitrina, lo mejor de la música cubana”, acotó. Y entre los atributos en la hoja de vida del certamen de carácter intenracional, acentuó cómo encarna “un espacio para articular la industria musical cubana que se ha ido construyendo también a lo largo de estos años”.
El evento tiene una gran importancia para el ICM —institución que lo abraza desde sus propios inicios— y para el Ministerio de Cultura (Mincult), en tanto refuerza esa articulación entre las casas discográficas y todos los actores que, de una manera u otra, en este lapso han contribuido al desarrollo y al empeño de fortalecer —cada vez más— esta industria musical.
En un contexto de pandemia, donde en el mundo entero se han detenido las presentaciones artísticas, han crecido la producción y la creación en el ámbito musical durante 2020 y 2021. Impulso que ha estado matizado, asimismo, por la desaparición de limitantes a los artistas para hacer sus presentaciones.
Destacó la voluntad del Estado cubano de erogar un presupuesto para la protección de los artistas, decisión política de respaldo con la cual los creadores también han sido consecuentes.
El incremento en la producción artística se ha traducido en más de 300 obras, entre fonogramas y audiovisuales. Ese impulso ha mostrado, al unísono, el talento de la Isla en materia de la riqueza musical y cultural que ha sabido defender.
Ante la imposibilidad de realizar un Cubadisco de manera presencial, se ha organizado una programación dirigida articular los medios de comunicación tradicionales con las plataformas digitales.
En ese sentido, abundó, ha sido esencial el hecho de poder contar con el apoyo del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), específicamente con el canal Clave. Y ahí radica “uno de los retos fundamentales de este Cubadisco: cómo no bajar en calidad todo lo que presentemos al público y, a la vez, ofrezcamos un producto que realmente sea una vitrina, de manera general, de todo lo que produce nuestra discografía, las empresas y agencias”.
Esas estratégicas alianzas culturales ICM-ICRT-Mincult han devenido una plataforma indispensable para promocionar y poner en la radio la música cubana que defendemos. Eso es una premisa, insistió.
En esta edición que saluda el Año Iberoamericano de la Música, el evento está dedicado a España como País Invitado de Honor. De acuerdo con los organizadores, se ha previsto una agenda significativa de actividades en esta dirección, esfuerzo que ha contado con el apoyo de la embajada de esa nación europea en La Habana y deberá traducirse en el exitoso desenlace de las acciones culturales.
Es un evento inclusivo, en el que tienen cabida muchos actores, tanto del sector estatal como del no estatal; otro de los aportes de esta feria internacional de la música, bajo el slogan: Música, imagen y sonido.
La articulación de actores no se limita únicamente a la producción discográfica, sino que tiene un amplio abanico desde el ámbito audiovisual, el cual cada vez está creciendo en mayor medida y constituye una fortaleza para el evento en particular y para la música cubana en general.
Cubadisco “se deberá refrendar como una verdadera plataforma para mostrar la jerarquía y el talento de la música cubana”, ponderó la titular del ICM.
Una plataforma ecuménica para repensar nuestra industria musical
Sobre cómo el Cubadisco “siempre ha sido una plataforma en la que la industria musical cubana se ha desarrollado”, reflexionó en su intervención en la Mesa Redonda Jorge Gómez Barranco, presidente de esa feria internacional.
Entre las acciones y elementos clave que han influido en los resultados, a la vuelta de 24 ediciones, “casi siempre las palmas se las lleva el Premio”, al resultar lo más esperado y polémico de esta fiesta musical. Lo bueno de que sea polémico, explicó en este espacio televisivo, es porque denota el interés de las personas.
“Las casas discográficas, los productores, los artistas, sienten un gran entusiasmo al presentar” sus propuestas. Se han recibido obras de todos los grandes artistas cubanos, incluso de algunos que no residen actualmente en el país. De hecho, entre estos hay quienes tienen obras en concurso que ya han sido galardonados en certámenes internacionales de gran valor y prestigio. Y lo presentan aquí justamente porque confían en la importancia que posee el Cubadisco: ese es de los mejores impactos del evento. “El Premio sigue siendo el gran centro, alrededor del cual gira todo el andamiaje del Cubadisco porque es también el modo en que la industria se premia a sí misma”.
No son un jurado venal o no, un grupo de personas que toma las decisiones o no; sino decenas de profesionales de la música: productores, directores de orquestas, arreglistas, periodistas, musicólogos..., que ejercen su voto sin influenciarse mutuamente. “La gente vota concienzudamente, llevan la música, la oyen, dan sus opiniones…”.
Por la gran calidad, comentó, a veces el problema no es solo a quién se escoge entre los concursantes, sino a quién dejar fuera. Esto es aplicable a todos los géneros o categorías donde se conceden lauros. De ahí que el premio tienda a ser, precisamente, lo más visible dentro de esta gran fiesta de la música en la Isla.
“No solo no renunciamos a la polémica, sino que nos gusta que la haya, que la gente dé su opinión. hemos establecido incluso un espacio en las redes para que la gente pueda expresar sus desacuerdos o sus criterios ”, que al final ayudan a mejorar la realización del evento.
El certamen ha crecido, asimismo, en diversidad de géneros y expresiones de la música, sin discriminación.
“Cubadisco es el más ecuménico, el más amplio, de cuantos eventos se hacen en el país. Se puede premiar, escuchar, nominar, desde la más exquisita música de concierto —cubanos que hacen versiones tremendas de los clásicos de los siglos XVII y XVII, académicos— hasta la más humilde rumba de cajón, pasando por la nueva trova, por el rock, la música urbana…”.
Ponderó el respaldo desde el Mincult y el ICM de legitimar y defender esta “plataforma abierta, democrática, donde todos los géneros tienen cabida”. Lógicamente, esos principios de inclusión y participación de la feria complejizan las decisiones de los jurados y fomentan la sana rivalidad entre los concursantes. “Lo máximo que nos pueda pasar es que haya la enorme cantidad de fonogramas que se han presentado y de audiovisuales”. Estos últimos han ganado en número de obras, a pesar de la compleja situación epidemiológica existente.
Refirió que, de alguna forma, el evento se va pareciendo a otros de su tipo en el escenario internacional, en cuanto al diseño de acciones para promover mercados y espectáculos. “En la medida en que esta plataforma que nosotros estamos ofreciendo sea más efectiva, nos vamos a acercar más a algo que nuestra responsabilidad —con el público, con los hacedores de la música—,: lograr que esta pueda entrar en los espacios del mercado que les pertenece por derecho propio, por su calidad”.
Tal vez ese empeño lleve tiempo, comentó, pero existe la expectativa de convertir a la feria en un instrumento que permita llegar a mayor cantidad de gente; que le imprima incluso mayor atractivo turístico; que vengan los especialistas de todas partes. A veces cuando llegan esos expertos de otros países no pueden creer(se) el fenómeno de la música cubana, por su ostensible calidad.
Gómez Barranco adelantó que, en el contexto del Cubadisco, se desarrollará un simposio, aparte del evento tradicional de la feria donde los expositores y las disqueras ponen a disposición del público el potencial que tenemos, que es muchísimo.
Como primicia, compartió que este año habrá en todas las entidades —respondiendo a la ausencia de los especialistas y promotores que habitualmente vienen al Cubadisco— una presentación de la totalidad de sus productos, en lo que se ha concebido como una feria virtual. En este caso, la feria virtual está marcada por tres momentos de la programación en los que van a aparecer los productos disponibles por parte de cada una de estas agencias, nacionales y extranjeras.
Y con ello Cubadisco trasciende las fronteras más reducidas de los especialistas para estar al alcance del público.
Según se conoció, serán transmitidas por la Televisión Cubana varias galas expresamente concebidas y grabadas para este evento.
Algunos programas saldrán al aire por Cubavisión y otros por el canal Clave, que se convertirá —en los días de la feria— en el canal Cubadisco. Serán nueve días con un promedio de 14 horas diarias de transmisión. Ello evidencia, dijo, “la pujanza que tiene nuestra música”. De eso se trata, no de que se vean esfuerzos aislados, sino de que pueda visualizarse en realidad “cuánta maravilla hay en nuestra música”.
En esas 14 horas diarias de transmisión televisiva serán incluidas, tanto el espacio de la feria y del simposio, como las tiras de programación con los distintos temas a tratar por los especialistas.
Por ejemplo, Mauricio Figuieral va a presentar Cantar tiene sentido, con Liuba María Hevia; la maestra Cary (Caridad Diez) ha sido creadora y promotora de una idea que encontrará abrigo en la parrilla de programación, De las raíces; va a estar también Carmen Rosa López con Esos locos bajitos, un espacio para niños… entre otras propuestas audiovisuales.
Se trata de una programación extensa, hay siete tiras de media hora cada una durante el día. En tanto, con la colaboración de la Embajada del Reino de España, se ha logrado traer cantidad de programas: “una maravilla de programación”. Entre dichos espacios, citó el dedicado a Xavier Cugat, uno de los grandes cultores del mambo. Hay, además, un documental sobre Paco de Lucía y otro “francamente interesante y muy entrañable” para los amantes de la trova: Aute-retrato, sobre la vida de Luis Eduardo Aute.
Gómez Barranco precisó que, del 12 al 14 de abril, el canal Clave compartió documentales y conciertos que han sido presentados al Premio. “Lo que acordamos con el ICRT y el canal Clave es que estas iniciativas se queden como patrimonio común y, posiblemente, tengamos la opción de que el Cubadisco pueda manifestarse durante todo el año, y la gente le siga el pulso a esa industria, para que esté mucho más orgullosa de la música cubana”.
Agregó que los retos impuestos por la pandemia han creado facilidades en el trabajo que no se deben desechar cuando se regrese a la normalidad: “Ahora mismo la gente no puede ir a la feria ni a los conciertos, pero se los estamos llevando a la casa. No solo se están haciendo cosas en la televisión, sino también en las plataformas digitales, que han sido de gran utilidad.
Ejemplificó que, mediante estas últimas, se está creando el Premio del Oyente o del Público, similar al de la popularidad, además del de la prensa especializada que ha seguido el evento.
Una feria que apunta siempre a las raíces
Caridad Diez Ferrer, musicóloga y miembro del Comité Académico del Cubadisco, explicó en su intervención en la Mesa Redonda la importancia del Cubadisco, desde su surgimiento en 1997: “Ha servido no solo para mostrar los logros de la música cubana, sino también para interactuar y ser un elemento activo que dinamice las líneas de la industria musical”.
Comentó que la creación del Cubadisco coincidió con el centenario de la primera grabación cubana en Estados Unidos. “Desde el comienzo, el evento ha tenido responsabilidad académica y en eso tuvieron protagonismo Ciro Benemelis, su presidente fundador, y otros colegas como Jesús Gómez, Pepe Reyes, María Teresa Linares, Argeliers Léon…”.
Además, dijo que ha estado pendiente de estudiar el pensamiento de Fernando Ortiz y otras figuras. “Siempre hemos tenido la actitud de que Cubadisco tiene que ir al fondo, a las raíces, al fundamento, que prepara el contexto para la creación de la música”.
Del 17 al 20 de mayo se realizará un simposio virtual que, igualmente, será transmitido a las once de la mañana por el canal Clave. El evento tendrá como organizador el Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana.
“En este espacio trataremos cómo el Premio Cubadisco refleja la creación de la música cubana, cómo esta es representada en los medios de difusión, cuáles son las estrategias que se perciben en las relaciones institucionales y la gestiones que hacen nuestros artistas, además de conocer a los diversos actores de la industria musical”, puntualizó Diez.
El simposio siempre ha tenido un apartado para estudiar la producción y la comercialización. “En estos momentos nos centramos en verificar no solo la utilización de las redes y las tecnologías para la producción y la creación, si no para la comercialización, a fin de tener una mayor visibilidad de los productos y poder desarrollar los catálogos”.
Especificó que, desde hace varias semanas, a las tres de la tarde, el Ministerio de Cultura crea un canal, a través de sus plataformas de Streaming Cuba.
“Desde la conferencia de prensa donde se dieron a conocer los nominados en todas las categorías, hemos tenido presencia de periodistas, especialistas, críticos e investigadores”.
Según la directiva, la semana próxima se reforzará la iniciativa con miembros del comité del Premio “porque queremos que las personas puedan transmitir sus preocupaciones, dudas, elogios, análisis… Así, el Cubadisco no solo tendrá dentro de la actitud académica a los integrantes del comité organizador, sino al pueblo, para pensar, explicar y disfrutar cómo cuenta sus historias”.
Añadió que el simposio abordará los retos en tiempos de pandemia. “Desde hace año y medio tenemos los Estamos contigo, que realmente han estado con todos y se han hecho casi 400 emisiones, algunas de las cuales se han estrenado esta semana y varias han demostrado enorme riqueza porque han sido abordados la mayoría de los géneros e importantes acontecimientos”.
La presente edición del Cubadisco conmemora el 125 aniversario del natalicio de Ernesto Lecuona. “Hay una colección de 13 discos con la obra de voz y piano, y una producción: Al fin Lecuona, del maestro Nelson Camacho.
Además, se celebran los 100 años del Septeto Habanero, los 70 del natalicio de Vicente Feliú y los 95 de Enrique Bonne. “Todas estas obras demuestran que estamos cerca del latir de la nación, de la fantasía de este país para reinventarse constantemente, y estamos viendo incluso la proyección del futuro”, concluyó.
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