El próximo 23 de julio Tokio prevé descorrer las cortinas de sus Juegos Olímpicos. Tras un atraso de un año por la Covid-19, la pausa en casi todos los deportes y la reorganización de los procesos de clasificación, el evento aparece en el horizonte como una cita a la cual esta vez resulta más difícil llegar.Para Cuba el panorama se ha tornado igualmente complejo, pero poco a poco se inserta nuevamente en los escenarios de competencias y mira hacia Japón con más fuerza.
¿Cuántos atletas cubanos tienen ahora mismo un boleto seguro? ¿Qué lecturas hacer de lo conseguido hasta este momento? ¿Qué otras opciones quedan para ampliar la delegación antillana? ¿Podrá la Isla superar los cinco títulos y las once medallas obtenidas en Río 2016? Aun con el peligro que supone responder esas preguntas a 133 días de la fecha inaugural, Cubadebatepropone un primer análisis sobre el tema.
Radiografía a mitad de camino
A más de cuatro meses para el inicio de los Juegos Olímpicos, la mayor de Las Antillas tiene asegurada una delegación de 42 atletas en nueve disciplinas.En un listado que debe crecer en las próximas semanas, sobresalen los 14 clasificados del atletismo, los doce de la lucha en sus tres modalidades y los cinco representantes del tiro deportivo.
Junto a ellos, los otros confirmados se dividen en cuatro para el canotaje, dos de la gimnasia artística y el pentatlón moderno, y uno para el taekwondo, el remo y el ciclismo.
En varios de estos deportes, como el campo y pista y la lucha, aun quedan oportunidades de sumar varios cupos. Sin embargo, en otros ya las opciones son mínimas y dejan varias lecturas interesantes. Por ejemplo, si se compara con lo conseguido para Río 2016, el remo y el ciclismo destacan como los de mayores retrocesos.
Al primero solo le resta la regata de clasificación mundial, un torneo en el que Cuba no ha anunciado presencia y donde será en extremo difícil conseguir algún cupo. Con este panorama, resulta alarmante la reducción de siete a uno en el número de clasificados respecto a la anterior olimpiada, sobre todo para un deporte que habitualmente aporta entre cinco y diez boletos en cada cita estival.
Por su parte, el ciclismo ya cerró su ranking olímpico y solo la rutera Arlenis Sierra aparece con un pasaje a la capital japonesa. Hace cuatro años, el velódromo de Río de Janeiro vio competir a otras dos criollas, pero esta vez las pistas de Tokio les quedaron vedadas. A todas luces, significa otro resultado peligroso para una disciplina acostumbrada a la presencia bajo los cinco aros.
Mientras tanto, deportes como el taekwondo, la gimnasia artística, el tiro deportivo y el pentatlón moderno no mostraron grandes cambios respecto a lo visto en 2016. Tampoco variaron demasiado en relación a lo esperado en el actual ciclo olímpico.
Como sucede con muchas otras, en ese cuarteto de especialidades destacan la constancia y el talento para sobreponerse no solo a las limitaciones impuestas por la pandemia, sino también a la habitual ausencia de competencias de primer nivel. Esa escasez de fogueo en torneos de máxima categoría, por ejemplo, limitó las opciones del taekwondo y coloca a los gimnastas Randy Lerú y Yesenia Ferrera más lejos de un pase a Tokio.
Entre las buenas noticias de lo conseguido hasta el momento, en el deporte rey sobresale la clasificación por primera vez en la historia de tres saltadores de longitud, así como el regreso del salto alto masculino tras ocho años de ausencia. Mientras tanto, en la lucha destaca la obtención de todos los cupos en el estilo clásico y la presencia de al menos tres representantes en el torneo femenino, la más alta desde que en Londres 2012 Katherine Videaux abrió el camino.
¿Una delegación cercana a los 80 clasificados?
Cuando se mira el resto de las opciones de clasificación para el deporte cubano rumbo a Tokio 2020 una verdad queda clara: acercarse al propósito de 100 atletas solo será posible si el beisbol consigue el cupo. Si no lo logra, enviar a la capital nipona una delegación entre 75 y 80 deportistas implicará efectividad absoluta para aprovechar al máximo cada oportunidad de hacerse con un nuevo boleto.
Asimismo, cumplir esa cifra pasa por lo nuevo que puedan aportar el atletismo y la lucha, así como de la suma del boxeo y el judo. En ellos, junto al levantamiento de pesas, el triatlón, el voleibol de playa, la natación y la esgrima, aparecen las opciones más cercanas. Otros deportes como los clavados, el tiro con arco, el bádminton y el kárate igualmente repartirán boletos, pero dependen de grandes actuaciones para dar la sorpresa.
En el caso del deporte rey, clave en cada edición para agregar cupos, emular los 43 clasificados de Río de Janeiro es una utopía. Las fortísimas marcas de clasificación anunciadas por la World Athletics, unidas a un sistema que premia a quienes más participen en competencias de calidad y obtengan allí buenos rendimientos, complican el panorama para un deporte que en Cuba ha visto mermas en algunas especialidades.
Así, por ejemplo, entre los hombres aun pudieran agregarse los pasajes de al menos un vallista corto y el discóbolo Jorge Fernández. Otros como los velocistas Roberto Skyers y Reynier Mena —todavía incógnitas en esta temporada y claves para las aspiraciones del 4x100m—, junto a Leonel Suárez en el decatlón, deberán conseguir actuaciones de nivel para ganar un pasaje.
Entre las damas el panorama se torna similar y las principales opciones recaen en la ochocentista Sahily Diago, las heptatletas Yorgelis y Adriana Rodríguez, así como la posta larga. La discóbola Silinda Morales y la triplista Leyanis Pérez poseen cuotas cercanas a las marcas mínimas y pudieran incluirse. La cuatrocentista Roxana Gómez igualmente tiene opciones, pero aun este año no reporta competencias oficiales.
Mientras tanto, el judo aparece ahora mismo con seis representantes en puestos de clasificación, aunque hasta el cierre del ranking en junio próximo no será oficial el listado. Junto a Idalys Ortiz, Iván Silva, Kaliema Antomarchi, Maylín del Toro, Andy Granda y Magdiel Estrada —todos en posiciones de privilegio—, este deporte lucha por incluir a Arnaes Odelín y a Orlando Polanco.
En el caso de la chica, su clasificación alcanza un matiz especial, pues de ella depende la oportunidad de completar la cuota necesaria para competir en el torneo mixto por equipos.
Del resto de los deportes las mayores esperanzas recaen en el boxeo, sobre todo porque los pugilistas antillanos no deben tener grandes problemas para ganar en el venidero preolímpico de América los boletos en cada una de las ocho divisiones olímpicas. No obstante, de fallar en alguna de ellas, aun quedaría la opción de buscar el cupo durante un posterior torneo mundial.
Para otras disciplinas que también deben cumplir sus eventos de clasificación continentales, el espadista Yunior Reytor aparece como el de mayor opción para disputar el título y por tanto el boleto. Asimismo, arqueros y tenistas de mesa deberán aspirar al podio para asegurar presencia bajo los cinco aros, mientras la dupla femenina del voleibol de playa tiene el reto de vencer en el torneo Norceca para llenar el vacío dejado por los hombres.
A través de los torneos mundiales igualmente tienen opciones de conseguir presencia en Tokio los luchadores Reinieri Andreu, Yurieski Torreblanca y Milaymi de la Caridad Marín. Los tres deben competir entre el 29 de abril y el 2 de mayo próximo en el evento de clasificación mundial. También, el talentoso canoísta José Ramón Pelier asistirá al preolímpico del orbe con el propósito de ganar en el C-1 a mil metros para adueñarse del cupo.
De igual manera, los clavadistas Jeinkler Aguirre y Anisley García buscarán en abril próximo un lugar bajo los cinco aros. Para ello, asistirán a la Copa del Mundo organizada por Japón con la meta de incluirse entre los 18 primeros lugares entre los atletas no clasificados en torneos anteriores. De conseguirlo, sería el regreso de este deporte a las olimpiadas tras su ausencia en Río 2016.
Finalmente, los pesistas encabezados por Arley Calderón, Marina Rodríguez y Ludia Montero intentarán buenas actuaciones en los torneos previos al cierre de los rankings olímpicos. Junto a ellos, los nadadores Luis Vega y Elisbeth Gámez, así como la triatleta Leslie Amat, deben esperar a los anuncios oficiales para comprobar si en definitiva acceden a Tokio.
De cumplirse las expectativas, ciertamente Cuba podría llegar a los Juegos Olímpicos con una delegación cercana a los 80 deportistas en 17 disciplinas. Si bien ambos números son menores a lo conseguido de cara a la cita estival de 2016, sería un resultado positivo en medio de las dificultades impuestas por la pandemia y la pérdida de espacio vista en algunos deportes.
Proyecciones a cuatro meses del inicio
Emitir un pronóstico cuando falta mucho camino por recorrer hasta la inauguración de los juegos siempre resulta complejo y traicionero. Lo es más todavía en medio de un escenario matizado por pausas en la preparación, suspensión de torneos y variaciones en los modos de entrenar, que no ponen en igualdad de condiciones a todos los atletas.
No obstante, si miramos ahora mismo las opciones de títulos para Cuba recaen con mayor fuerza en cuatro deportes: el atletismo, la lucha, el judo y el boxeo. Un escalón por debajo, aunque sin descuidar las sorpresas, marchan el canotaje, el taekwondo y el tiro deportivo. En esas siete disciplinas aparecen las opciones más sólidas para conquistar una medalla.
Entre todos ellos, otra vez el boxeo cumple con su tradición y debe aparecer en Tokio con hombres como Andy Cruz (63 kg) y Julio César la Cruz (91 kg), ambos favoritos al título. A la par, Arlen López (81 kg) y Lázaro Álvarez (57 kg) también llegarían a la principal ciudad de Japón con posibilidades de colgarse una presea.
Del campo y pista, otras dos especialidades acaparan la atención: el lanzamiento del disco entre las damas y la longitud varonil. En la primera de ellas, la dupla de Yaimé Pérez y Denia Caballero es amplia favorita para plantarle cara a mujeres como la croata Sandra Perkovic. Mientras, Juan Miguel Echeverría nuevamente saldrá con el cartel de favorito, aunque para ello deberá acercarse a sus mejores registros de las últimas campañas.
Por detrás de ellos, el saltador de altura Luis Enrique Zayas, la pertiguista Yarisley Silva, así como Liadagmis Povea y Cristian Nápoles en el triple, tienen opciones para luchar por medallas. A su vez, otros como Jordan Díaz y Zurian Hechevarría también pueden aspirar a un lugar entre los ocho finalistas de sus pruebas.
Por su parte, el judo tiene dos claros líderes: la superpesada Idalys Ortiz e Iván Silva en los 90 kg. Para la triple medallista en estas lides, aparecen como principales rivales la japonesa Akira Sone y la francesa Romane Dicko. Frente a la local, la antillana tiene balance de una victoria y tres derrotas consecutivas en sus últimos encuentros, mientras que con la europea marcha pareja con una victoria para cada una.
En el caso de Silva, compite en una división sumamente compleja y con varios favoritos al oro. No obstante, sus resultados en el circuito mundial y su ubicación en el ranking lo colocan en ese grupo de vanguardia. De ese deporte, por Cuba también pueden dar batalla Kaliema Antomarchi y Maylín del Toro, sobre todo si logran llegar a Tokio entre las ocho primeras del ordenamiento.
Finalmente, en la lucha el extraclase Mijaín López (130 kg) otra vez llega a una cita estival como candidato al oro. Si lo logra, se convertirá no solo en el luchador más exitoso de todos los tiempos en Juegos Olímpicos, sino en el cubano con más títulos en estas lides en cualquier deporte. Su maestría sobre el colchón, un exquisito trabajo táctico y una combatividad a toda prueba, son otra vez sus armas para buscar la hazaña.
En la modalidad grecorromana también aparece el campeón defensor Ismael Borrero (67 kg) como fuerte candidato a la corona. Un paso por detrás avanza Gabriel Rosillo (97 kg), mientras entre los libristas sobresalen Alejandro Valdés (65 kg) y Reinieri Salas (97 kg) con opciones de colarse entre los finalistas.
Del resto de los deportes, la dupla de Serguey Torres y Fernando Dayán Jorgetiene fuerza para discutir las medallas y aspirar a una sorpresa mayor, así como el taekwondoca Rafael Alba y los tiradores Leuris Pupo y Jorge Félix Álvarez.
En sentido general —y aun cuando obligatoriamente debe llegar otro análisis en una fecha más cercana a los juegos— Cuba puede aspirar en Tokio a ganar entre cinco y siete títulos. Asimismo, una cosecha entre 13 y 15 medallas de todos los colores no sería un mal resultado.
Con una actuación así, la mayor de Las Antillas no debe tener problemas para cumplir su meta de ubicarse entre los 20 primeros países. No obstante, aun falta mucha preparación y entrega para convertir en realidades cada proyección.
Cubadebate.
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