Como pitcher hizo historia con Alquizar, la antigua provincia La Habana (récord incluido de 15-0 en la 47 Serie), y luego con los Cazadores de Artemisa. Vistió el uniforme de Cuba al I Clásico Mundial del 2006 y se tituló campeón centroamericano, mundial y de Copas Intercontinentales.
Hoy Yulieski González no va ni siquiera al box a hablar con los lanzadores. Prefiere un estilo directo, en el banco, de mentor a pupilo, con consejos incluidos. Es de los que soporta la intranquilidad, los errores y los sinsabores sentado en una esquina del banco sin quitarse el reloj ni su anillo de casado con Yulexis, la madre de sus dos hijas, que ahora lo apoya igual que antes en su nueva tarea.
Hace unos días la historia de Yulieski creció. Decente, ético, dispuesto siempre a conversar y con una humildad pocas veces vista en un director de equipo, sumó una plata histórica para su provincia en la II Liga Élite del Béisbol Cubano. Y a este periodista le quedaba una deuda, una primera entrevista de las muchas que seguro nos concederá.
¿Cómo vivió un manager debutante los Play off semifinal y final, después de una excelente Serie Nacional?
“Todo lo vivido ha sido una experiencia única y muy bonita, pero no es mérito personal de nadie, eso se lo ganaron los muchachos con el béisbol que jugaron en el terreno. Ellos fueron haciéndose de su propia afición, no solo en la provincia, sino también en el país.
“Me impresionó que por vez primera tuvimos más público a favor que en contra en el Latinoamericano cuando enfrentamos a Industriales y eso fue estimulante para nosotros. Los play off son de una pasión enorme y es maravilloso hacer sentir a los artemiseños orgullosos de su béisbol”.
¿Siempre pensaste en llamar de refuerzo a Frederich Cepeda, Raúl González y Dennis Laza, con quienes ya habías jugado?
“Antes de solicitarlos la dirección del equipo se reunió y hablamos anticipadamente con muchos de ellos. Eso fue fundamental. Haber jugado con todos ellos solo permitió que se entregaran con este uniforme como si fuera el de su provincia. Y se los agradeceré siempre. Sin ellos no hubiéramos podido llegar al subtítulo. Como tampoco sin Luis González, Liván Moinelo, Erlis Casanova y otros. Son parte de este resultado. Desde el primer día asumieron que eran unos Cazadores y lo demostraron hasta el final”.
¿Algún particular en la relación con Moinelo?
“Desde que llegó mostró su disposición de ayudarnos. Nos íbamos comunicando en cada entrada sobre los lances que hacía, pero siempre nos dijo que no tenía límite de lanzamientos, que venía a ayudar al equipo en lo que pudiera. Y puso su mayor empeño al punto que fue clave en nuestros éxitos de play off hasta su salida hacia Japón. No solo es un señor lanzador, sino que como persona es más grande todavía”.
¿Cuándo pensaron que podían hacer historia con un podio?
“No te mentiría si te digo antes de empezar la Serie Nacional lo hablamos y en la Liga Elite finalmente lo logramos. Es muy difícil en la pelota cubana una medalla. Y esa plata es súper inmensa, sobre todo porque discutimos el campeonato hasta el sexto juego con un equipo tan poderoso como Matanzas. Sin que suene a justificación porque no me gusta, la defensa no estuvo a la altura que queríamos. Pero festejamos ese podio histórico y estamos felices por la familia, los seguidores y por la provincia”.
¿Lo más difícil en la dirección este primer año?
“Estar dirigiendo 40 hombres con caracteres diferentes nunca es fácil, pero desde el primer día hicimos una buena química entre dirección y atleta. El hecho de haber jugado mucho tiempo con ellos, contrario a lo que se pueda pensar, me facilitó las cosas. Mi estilo de dirección es comunicación, ser franco, sincero y transparente con cada uno. Y puedo decirte que me han respondido con un juego alegre y positivo dentro del terreno. No obstante, tengo un mundo de cosas por aprender. Y quiero aprenderlas”.
¿Más fácil entonces lanzar que dirigir?
“Al principio dije que no, pero luego de la Serie Nacional y esta Liga Elite he recapacitado (sonríe). Es más fácil lanzar que dirigir. Pero estoy complacido con el trabajo y ahora la meta para el próximo año sé que será superior, pero nos vamos a preparar para no defraudar a nadie”.
Yulieski González estuvo todo el tiempo de nuestro diálogo con las manos atrás, como un caballeroso director, de esos que no necesitan gesticular ni expresar con sus ojos la incomodidad de una pregunta. Como he escrito ya, ojalá y no se contamine porque el béisbol cubano lo necesita para empeños mayores.
Ahora sí, saldada la deuda periodística.
Cubadebate.
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