Este 6 de septiembre las universidades cubanas adscritas al Ministerio de Educación Superior (MES) reanudarán el año académico 2021 en la modalidad a distancia, para transitar gradualmente hacia esa ansiada presencialidad que, de acuerdo con los pronósticos, noviembre traerá de vuelta.
El ministro de Educación Superior, José Ramón Saborido Loidi y directivos del MES comparecen este jueves en la Mesa Redonda para ofrecer detalles sobre la reanudación del curso escolar en la Educación Superior.
Se prevé un tránsito gradual de la virtualidad a una presencialidad o semipresencialidad
Al comenzar su intervención en la Mesa Redonda, el ministro de Educación Superior, José Ramón Saborido Loidi, señaló que el presente curso ha sido muy accidentado, lo que ha obligado a evaluar sobre la marcha cómo proceder.
“La situación de la pandemia ha sido la razón principal de aplicar estas modificaciones”, dijo.
Recordó que en mayo, a partir de un estudio realizado de conjunto con el Ministerio de Salud Pública, se presentó en el Consejo de Ministros la concepción general para el cierre del actual curso escolar 2020-2021 e inicio del 2021-2022.
“Pensábamos que agosto sería un mes con un determinado control de la pandemia y septiembre sería propicio para plantearnos una continuidad del curso con mayor grado de presencialidad, tan importante para el sistema de educación superior que defendemos”, puntualizó.
La modelación aprobada indicaba continuar avanzando en el proceso de formación de la educación superior en la modalidad a distancia para todos los tipos de cursos (carreras y programas de formación de ciclo corto), en aquellas asignaturas con menores requerimientos tecnológicos y prácticas de laboratorio y un segundo periodo, en condiciones de presencialidad, con prioridad a la inserción laboral y la culminación de estudios.
Sin embargo, el contexto epidemiológico del país se ha complejizado. “Se prevé para septiembre un escenario aún desfavorable, lo cual implica que la modelación aprobada deba ser ajustada en correspondencia con tal situación”.
Se prevé un proceso de tránsito gradual de la virtualidad a una presencialidad o semipresencialidad. En el actual contexto, insistió, la estrategia se tiene que particularizar en cada institución, facultad o carrera. La decisión que se tome en un territorio puede diferir de la de otras provincias, a partir de las diferencias en el estado epidemiológico de cada lugar.
Hay que tener en cuenta además que la educación nunca se detuvo, “hay instituciones que lograron iniciar con un alto nivel de presencialidad y otras no”.
Por tanto, para evaluar el reinicio del curso se realizó un recorrido por diversas provincias, excepto aquellas con una situación epidemiológica complicada, como Pinar del Río, Cienfuegos, Ciego de Ávila, Artemisa y Villa Clara.
“Lo que se discutió en estas es de inmediata comunicación a sus estudiantes y trabajadores. Aunque se establezcan principios generales, las particularidades son de cada universidad y territorio. Desde la semana pasada se está anunciando en cada universidad cómo va a continuar el curso”.
En otro momento, el ministro lamentó “las pérdidas irreparables que ha traído la pandemia de muchos compañeros valiosos de nuestros colectivos de trabajo”. Transmitió las condolencias a familiares y amigos.
El ajuste de la modelación parte de principios fundamentales. “Sigue siendo primordial la salud de estudiantes y profesores. Cualquier decisión que se vaya tomando en los territorios en los meses de septiembre y octubre para pasar a la presencialidad tendrá el determinante de la preservación de la salud”, dijo y señaló que será algo en dependencia también de la vacunación.
“Quizás ya a finales de octubre o noviembre la situación sea totalmente distinta y podamos pasar ya a un grado total de presencialidad”.
También mencionó la importancia de la calidad del proceso que “en ningún momento puede afectarse. Tenemos diseño curricular, objetivos a cumplir para cada año académico y en cada disciplina. No vamos a comprimir, ni a cargar los currículos ni a quitar contenidos esenciales”.
Advirtió que se empleará el tiempo necesario para cada carrera.
“Otro elemento a defender es la igualdad. Se tiene que garantizar la oportunidad de llegar al conocimiento y vencer la educación superior a todos por igual”.
Hay universidades que tienen carácter territorial, donde se pueden concentrar a través de las capacidades de residencia, que en ocasiones están ocupadas en la lucha contra la pandemia. Aunque algunas universidades ya han comenzado a recuperar esas capacidades, mencionó.
Por otra parte, es necesario preservar un claustro que tiene un grado de envejecimiento, que son vulnerables, aunque la mayoría está vacunado. “Necesitamos dar un margen antes de pasar a la presencialidad”.
Las universidades han hecho este año 100 defensas doctorales y la semana pasada se hizo un corte en estas. “Aplicando alternativas virtuales, pero garantizando una alta calidad”.
La actividad de posgrado se ha logrado de una manera u otra, aunque con menor intensidad.
Algunas de las asignaturas impartidas durante el primer periodo no han concluido o falta el ejercicio final, pero se hará.
Quedará priorizar la culminación de estudios. De manera tal que lleguemos a enero con la culminación de estudios de todos los estudiantes que terminan y que puedan incorporarse en enero a su actividad laboral.
El próximo curso se propone de abril a diciembre de 2022
El director de pregrado del Ministerio de Educación Superior, Reynaldo Velázquez, inició su intervención en el espacio televisivo comentando los principios de formación que guiaron la modelación del proceso de continuidad de estudios.
“Hemos diseñado un periodo de tránsito que debe ser gradual y sistemático desde la educación a distancia hasta llegar a una normalidad, donde se deben ir incrementando los niveles de presencialidad. Una nueva normalidad que estamos modelando”.
Hasta ahora el predominio ha sido la educación a distancia que, si bien nos ha permitido avanzar, nos dejó un grupo de retos a trabajar sobre todo en el trabajo metodológico, reconoció.
Estos desafíos hay que asumirlo porque con el paso a la presencialidad la educación a distancia no cesará, sino que se combinará con la enseñanza presencial y algunas actividades semipresenciales.
“Realmente está pandemia vino a acelerar estrategias para la virtualización de la educación superior, a partir del desarrollo de nuevas tecnologías. Este aprendizaje en la covid-19 nos mostró que debemos seguir estudiando la metodología de la educación a distancia”.
En segundo lugar, Velázquez advirtió sobre la necesidad de un trabajo de atención individualizada en función de las características de cada estudiante.
La educación superior en los últimos dos años -dijo- ha tenido el marcado y creciente impacto de un grupo de factores, entre los que se destacan: el tiempo prolongado sin actividades presenciales y sin la influencia educativa de las instituciones y organizaciones en los estudiantes, las disímiles tareas desarrolladas en condiciones de riesgo por una parte de la comunidad universitaria, las limitaciones para la participación en las tareas de impacto de una parte considerable de los estudiantes, la presencia de la fatiga pandémica y el impacto de la crisis económica en las condiciones de vida del pueblo.
Según el director de Pregrado, lo anterior exige profundizar en el diagnóstico integral de los estudiantes universitarios para identificar los que requieren una atención diferenciada. Todo ello en aras de favorecer un desempeño académico satisfactorio e incrementar su sentido de pertenencia y compromiso.
Otro elemento importante de cara al reinicio del curso es la combinación del trabajo académico con la influencia ideo política.
De acuerdo a Velázquez, en el reinicio de las actividades se deben combinar aquellas vinculadas al proceso académico con la consolidación de espacios para la participación en tareas de impacto, tanto en la institución como en la comunidad.
Asimismo, se deben implementar las acciones diseñadas en las estrategias para la recreación sana con actividades atractivas para los jóvenes y que cumplan con las medidas higiénicas de cada fase.
A partir del reinicio del curso deben incrementarse, además, la orientación, ejecución y el control del trabajo independiente.
Tomando en consideración la experiencia del proceso docente en la modalidad a distancia, debe incrementarse la orientación de trabajo independiente sobre la base del trabajo científico metodológico de los colectivos pedagógicos a todos los niveles.
Teniendo en cuenta estos principios, comentó, el periodo de tránsito debe desarrollarse entre septiembre y octubre. “Continuaremos desarrollando tareas de impacto y el proceso docente a distancia con un tránsito gradual hacia la presencialidad, que estamos estimando sea para noviembre”.
Muchos se preguntan si no saldrá un elemento normativo o una resolución para definir el próximo período. “Porque la Resolución 3, que se emitió a principios de año para regular cómo se desarrollaría el proceso docente durante el 2021, estableció que se modificaría en función de las características epidemiológicas de cada institución y territorio”.
A partir de esto, “el curso comienza el 6 de septiembre con un periodo de tránsito (septiembre y octubre) en la modalidad de educación a distancia y se irá incorporando la presencialidad de manera gradual en función de las condiciones de cada uno de los territorios”.
En este periodo se desarrollarán intercambios sistemáticos de directivos y profesores en los municipios de residencia, donde participan todos los estudiantes de la educación superior que radican en el municipio, independiente de la universidad a la que pertenezcan.
“Dichos intercambios se coordinarán con las autoridades del territorio, de manera que se cumplan con las medidas higiénicas establecidas”, precisó.
No obstante, las universidades que tengan condiciones de infraestructura, en condiciones de igualdad para todos los estudiantes y con una situación epidemiológica favorable, pueden iniciar antes de noviembre la actividad docente con un mayor nivel de presencialidad.
Asimismo, anunció que el inicio del segundo período se proyecta con presencialidad en noviembre de 2021 y hasta marzo, “aunque hay universidades que han avanzado tanto que ya desde septiembre estarán en el segundo periodo”.
“Estamos hablando de una presencialidad relativa porque vamos a seguir en pandemia. En esa nueva normalidad también habrá un grupo de medidas higiénico sanitarias por cumplir como el distanciamiento físico. Por tanto, las capacidades de las aulas y de las residencias estudiantiles se reducen”.
El énfasis, dijo Velázquez, estará en la realización de evaluaciones pendientes, sistematización de contenidos importantes, atención a estudiantes con dificultades en el acceso, desarrollo de asignaturas del segundo período con ajustes curriculares y/o de períodos anteriores.
Recordó que, durante el curso anterior, asignaturas que tenían algún tipo de complejidad práctica se postergaron para el actual. “Sin comprimir contenido, con el respeto de las esencias de cada una de las profesiones, ahora se retomarán”.
Además, habrá que enfocarse en la culminación de estudios, un proceso fundamental. Con la aplicación de la resolución 49/2020, debe desarrollarse de septiembre de 2021 a febrero de 2022, con la intención de que la mayoría culmine en diciembre de 2021. “Debemos tener más de 20 000 egresados debemos tener”.
Como se ha ido avanzando en la definición de los temas y en la ubicación laboral anticipada, ya la vinculación con su futuro desempeño laboral está establecida. “Quedan algunas asambleas de ubicación laboral por precisar, muchas fueron de manera virtual y algunos estudiantes han exigido que se hagan de modo presencial, así que cuando llegue el momento se harán”.
Pero ya hay una orientación y, además, los estudiantes tienen definidos sus temas, insistió.
El funcionario recalcó que se mantienen vigentes las mismas variantes del año pasado: desde eximir de la culminación de estudios a los estudiantes que tenían una trayectoria destacada, hasta otras alternativas organizativas que no se utilizaban de manera tradicional.
“Estábamos acostumbrados a trabajo de diploma o examen estatal, pero hay otras variantes como ejercicios profesionales, exámenes integradores y portafolios. Esas alternativas recogidas en la resolución 49/2020 siguen vigentes”.
Se prevé que la mayoría de los estudiantes terminen este proceso en diciembre para que se incorporen a su trabajo. Mientras, los técnicos superiores tendrán un tratamiento diferente, porque son estudiantes que no han tenido la oportunidad de hacer las prácticas de su ejercicio final.
“Por tanto, lo hemos trasladado para los meses de febrero y marzo, de manera tal que garantizamos que estos egresados tengan las competencias para enfrentarse al mundo laboral”.
En este periodo, aún con medidas de distanciamiento físico, la presencialidad será relativa pero se priorizará el primer año. El resto de los años continuará con una combinación de actividades presenciales con semipresenciales y/o a distancia, puntualizó.
No obstante, el segundo año también tendrá un tratamiento especial, porque tuvieron un primer año en condiciones de pandemia. “La prioridad es lograr la máxima presencialidad de primer y segundo año”.
Se propone también el desarrollo de un curso propedéutico para primer año en carreras seleccionadas que así lo requieran. Además, se potenciará la ubicación anticipada y la práctica laboral.
Con respecto al proceso de ingreso a la Educación Superior, Velázquez dijo que estaba previsto en la modelación anterior para febrero de 2022, pero esto debe ajustarse en función de la modelación que realice el Mined para la culminación del duodécimo grado.
El curso 2022 se propone de abril a diciembre de 2022 (ocho meses), anunció.
Respecto al recorrido realizado por las diferentes universidades del país, el funcionario explicó que se chequeó la implementación de los ajustes a la modelación del curso académico 2021.
El objetivo fue precisar la preparación de la universidad para su continuidad, ante la compleja situación de la pandemia de la covid-19, en correspondencia con la modelación presentada por la dirección del MES.
Se comprobó que el 100% de las universidades iniciaron el curso 2021. Además, se avanzó de manera significativa en las asignaturas del primer periodo iniciándose al menos el 80%.
“Hay un 20%, sobre todo de primer año, que no se hicieron porque se estaba esperando a la presencialidad y otras que requerirían técnicas y de laboratorio”.
De las que se iniciaron, se culminó el contenido en el 100% de las iniciadas y se logró cerrar con la evaluación final el 25% de estas. “Todavía requerimos evaluar mucho en la educación a distancia. Quedan pendiente entonces para septiembre u octubre o para cuando inicie la presencialidad, según lo estimen las universidades”.
Un reclamo importante de los estudiantes de primer año ha sido iniciar ya con las actividades académicas de su currículum profesional. A partir del 6 de septiembre, todas las universidades tienen previsto iniciar actividades a distancia con asignaturas que puedan desarrollarse de esta manera.
De igual modo, en el recorrido se constató que las universidades del Mes -excepto Pinar del Río- están listas para reiniciar el curso el 6 de septiembre. De ello se exceptúa la Universidad Central de las Villas, que lo hará el 11 de septiembre.
Las visitas también permitieron identificar los estudiantes con dificultades en el acceso a las plataformas educativas. Aunque en el primer periodo se aplicaron alternativas para hacerles llegar la información académica para su autopreparación, se encuentran en desventaja con respecto a los demás.
Al respecto, se prevé mantener la atención individualizada de manera que se favorezca un mejor resultado docente en estos estudiantes. De igual forma están previstas las vías para la atención a los estudiantes de otras provincias en las universidades que poseen carreras de alcance nacional o regional.
“Confirmamos que la preparación para la culminación de estudios avanza y se han definido las diferentes formas organizativas previstas en la legislación aprovechando las prerrogativas otorgadas por la resolución 49/2020 del MES”, dijo.
En paralelo, se lleva adelante un proceso de revisión de los principales reglamentos y documentos que tienen que ver con la formación. “Un grupo de cambios importantes están condicionados por lo que hemos vivido y seguiremos flexibilizando cuestiones que trasladen más responsabilidad a la autoformacion del estudiante, menos paternalismo y más rigor”.
Anunció que tendremos premisas con respecto a esas transformaciones.
Durante el recorrido se constató también el papel de los centros universitarios municipales como coordinadores de la actividad de educación superior en el territorio.
En el futuro se desarrollarán muchas acciones de desconcentración de la actividad de la educación superior que van a ser asumidos por estos centros. Se adelanta la coordinación con las unidades docentes y entidades laborales de base.
Mencionó el papel de la actividad de extensión universitaria. “Vamos a llegar a una nueva normalidad donde la vida universitaria será diferente. Por tanto se debe dar un nuevo significado a este proceso para dar paso a la recreación sana, la vida en las residencias estudiantiles, etc”.
Para llegar a la presencialidad plena, agregó, tendremos que esperar por el fin del trabajo en los centros de aislamiento. Esto llevará además un proceso de reparación importante.
“En el recorrido se constató el sentido de pertenencia y el compromiso de la comunidad universitaria, el enfrentamiento a la pandemia y el desarrollo de un curso académico 2021 con la calidad y rigor que se espera de la educación superior cubana”, concluyó.