El crecimiento notable de contagios confirmados desde los días finales del pasado mes de diciembre anunciaban, de no arreciar la disciplina y el apego estricto a las medidas sanitarias establecidas, una jornada como la de este martes.
La cifra de 487 casos positivos al virus SARS-CoV-2, la más alta registrada en un solo día por el país, desde el inicio de la epidemia, y asociada en buena parte al flujo de viajeros internacionales, es más que una alarma roja. Es, en términos sencillos, la demostración de que detener el avance y la dispersión del virus en el territorio nacional es responsabilidad de toda la sociedad cubana. No son efectivas las acciones, si estas no las cumplimos con sistematicidad.
Parecería letanía, pero siguen siendo el uso del nasobuco, el aislamiento social y la limpieza de superficies las simples medidas que han demostrado mayor efectividad para prevenir la enfermedad de la COVID-19.
Este martes 12 de enero, varias provincias y municipios del país retrocedieron en las fases establecidas de acuerdo a la situación epidemiológica. Los mayores niveles de transmisión, corroboró en la reunión del Grupo Temporal de Trabajo para el enfrentamiento a la COVID-19 el doctor José Angel Portal Miranda, Ministro de Salud Pública; están La Habana, Matanzas, Santiago de Cuba, Guantánamo y Villa Clara.
Es sabido que entre mayor sea el número de contagios, así aumenta el riesgo de enfermar para cada cubano y cubana. No tentemos la suerte, porque en tema de salud, la autoresponsabilidad individual es clave. No puede ser apuesta, sino certeza.
CUBADEBATE
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