Razón y justicia de la mano

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fiscalia general de la republica de Cuba

Ser jurista para muchos es una ocupación más, y a menudo se le resta valor al ejercicio de las leyes. No obstante, en cada una de sus ramas la seriedad, la entrega y estudio constante tienen prioridad. Bien lo sabe Merlin González Tabares, Fiscal Jefa Municipal de Güira de Melena, quien como muchos de sus colegas, se ha entregado a esta profesión de sacrificio.

Muy cerca del aniversario 49 años de la Fiscalía General , la profesional asegura que “la preparación de un jurista empieza desde el primer día de la Universidad. Tienes que empezar a hacer conciencia de que tu profesión va a formar una parte indisoluble de tu vida personal, porque sea a la hora que sea, siempre vas a ser jurista, vas a ser Licenciado en Derecho.

“A donde quiera que llegues y la gente conozca tu profesión y donde trabajas, siempre vas a tener personas reclamando una opinión especializada. Como se dice, la vida es mucho más rica que el Derecho y hay que presar oído a cada uno.

“En nuestro quehacer diario nos encontramos con situaciones que, emocionalmente, exigen muchísimo de nosotros mismos, de nuestro pensamiento y preparación, pero indiscutiblemente debemos tener presente las leyes, por encima de todo, incluso del sentimiento, pues nos regimos por determinados códigos ya establecidos y por instituciones del Derecho que datan de hace muchísimos años pero que tienen una base legal en la Constitución como Carta Magna, o Ley de Leyes.”

La vida del jurista exige una dosis extra de sacrificio. Para esta mujer, es la de un ser entregado a su trabajo al 100 por ciento, las 24 horas del día, en todos los momentos y facetas de la vida. “Seas madre, padre, hermano, o amigo, siempre va a ser jurista, porque siempre habrá alguien frente a ti con un problema y va a querer contar contigo como la última palabra, porque las personas tienen mucha confianza en lo que nosotros decimos, en los conocimientos que podemos aplicar en la vida”.

Aunque muchos piensan que el jurista se sabe las leyes de memoria, ella asegura que no es así. “No sabemos la ley de memoria; nosotros interpretamos y aplicamos normas, siempre con un toque de psicología, porque para ser jurista hay que saber lidiar con la gente, todo el mundo no piensa igual, no tiene el mismo conocimiento y nuestro objetivo es hacernos entender, de la mano de la razón y la justicia, que es lo más importante.”
Sin importar si son licenciados en Derecho propiamente, asistentes fiscales, secretarios judiciales o técnicos jurídicos, la razón y la justicia son los principales ideales a los que responden estos profesionales que logran interactuar con las leyes y mezclar la cotidianidad, “porque la vida es mucho más rica que el Derecho”.

Tomado del artemisadiario