Hay que decir de los estudiantes universitarios de los primeros años del triunfo revolucionario, que a pesar de que su composición de clase no era la misma que la de hoy, se equivocaron los que pensaron que ese estudiantado iba a estar en contra del socialismo o iba a estar en contra del marxismo-leninismo porque pudo más en esa masa de estudiantes la tradición revolucionaria, el espíritu patriótico que los prejuicios pequeñoburgueses; y los estudiantes de aquellos primeros años de la Revolución, sin vacilación alguna, fueron la base de miles y miles de técnicos que tenemos trabajando hoy con la Revolución, que le entregaron todo a la Revolución en su juventud, y que en su edad madura lo entregan todo a la Revolución hoy.
Eso constituye una prueba de la fuerza de las ideas revolucionarias, de la fuerza de las ideas justas, que nos permite decir hoy que no hubo una laguna, que no hubo una mancha en la historia del apoyo del estudiantado a la Revolución Cubana. Ellos estuvieron estrechamente unidos con nuestros obreros y nuestros campesinos en estas luchas y fueron la base y la razón por la cual podemos afirmar hoy que tenemos también una intelectualidad revolucionaria. Eso es muy importante, porque obreros, campesinos, estudiantes, intelectuales, trabajadores manuales y trabajadores intelectuales han de estar siempre estrechamente unidos. Ello explica cómo el imperialismo no ha podido penetrar las filas de la Revolución, cómo hemos derrotado sus agresiones y sus campañas y cómo hemos derrotado, estamos derrotando y seguiremos derrotando su diversionismo ideológico”.
“A lo largo de estos años, siempre, ¡siempre! —es algo muy digno de tenerse en cuenta— ha estado la presencia revolucionaria de los estudiantes, de todos los estudiantes y en especial de los estudiantes universitarios. Y han ayudado a resolver problemas realmente importantes (…) No hay nada que se les pida a los estudiantes universitarios que no se resuelva. No hay colaboración, por difícil que sea, que no reciba una respuesta positiva, y hemos tenido muchos ejemplos”.
“Si uno se remonta en el tiempo a pensar las experiencias que ellos tuvieron, la vida que tuvieron, lo que ellos conocieron, nos damos cuenta que cuando lucharon, cuando fundaron la Federación Estudiantil Universitaria, hace 60 años, un día corno hoy, ellos estaban llenos de sueños, llenos de esperanzas en un futuro. Ellos querían estas cosas, ellos querían estos resultados, y me viene a la mente un pensamiento de algo que nos ocurre a los revolucionarios”.
“A los revolucionarios se les ha acusado siempre de querer cosas imposibles, de querer cosas utópicas. A Martí lo acusaron una vez de soñador, y Martí respondió que los sueños de hoy serán las leyes del futuro. No sé qué soñaría Mella y qué soñaría Villena sobre el futuro de la patria, sobre el futuro de sus universidades, sobre el futuro de sus estudiantes y de su pueblo. Pero sí estoy convencido de que todos esos heroicos combatientes, esos revolucionarios puros, se sentirían orgullosos de ustedes”.
Discurso en la Clausura del II Congreso de la Federación Estudiantil Universitaria, 20 de diciembre de 1982
Nosotros les decimos a nuestros jóvenes estudiantes, les recordamos, que el futuro está lleno de tareas, que el futuro está lleno de luchas que requieren conciencia, que requieren temple, que requieren espíritu revolucionario y que requieren conocimientos. Sabemos que contamos con una extraordinaria juventud”.
"El futuro está lleno de tareas, que el futuro está lleno de luchas que requieren conciencia, que requieren temple, que requieren espíritu revolucionario y que requieren conocimientos".
Discurso de clausura del I Congreso de la FEU, 13 de marzo de 1979.
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