Hoy dialogamos con ella, como reconocimiento a su excelente labor, cuyos 37 años en los órganos judiciales la hacen una de nuestras más valiosas trabajadoras.
“Comencé mi vida laboral en el Tribunal Municipal Popular (TMP) de Artemisa que en aquel entonces tenía otra sede. Allí fui ubicada inicialmente como Secretaria Civil y más adelante pasé a ocupar la responsabilidad de Secretaria de Sección Penal hasta que fui promovida a Secretaria Judicial, labor que desempeñé por más de 10 años para luego salir de licencia de maternidad”, comenta.
Una vez que nace su bella niña de la cual hablaremos más adelante, Migdalia se incorpora al Tribunal Provincial Popular de Artemisa y es ubicada como técnica en el Departamento de Cuadros.
“Responsabilidad que me llevó a continuar preparándome porque en este Departamento se direccionan procesos vitales para la vida de un tribunal como la superación y la atención a cuadros y reservas; una labor para la que se requiere mucha sensibilidad y entrega pues además se planifican, conciben y desarrollan la mayoría de las actividades que se hacen a lo largo del año”
En estos momentos, Migdalia Pardo se encuentra ejerciendo la función de Secretaria Judicial del TMP de Artemisa, órgano que esta vez la vuelve a acoger, ahora con nuevas misiones. Una tarea que aceptó sin vacilar porque significaba, además de regresar a hacer lo que tanto le gusta, ayudar a las nuevas generaciones. Pero, qué importancia le atribuye esta fémina a la labor de Secretaría Judicial.
“En pocas palabras, una Secretaria Judicial, se tiene que convertir en el brazo derecho del Presidente del tribunal. En ella recae el control a todos los medios básicos, la atención al archivo judicial, la elaboración de un grupo significativo de documentos confidenciales y una tarea que disfruto mucho que es la atención a la población.”
“Un proceso que obliga a una constante superación, a apropiarte de herramientas comunicativas que te permitan atender al público con un trato amable, siempre tratando de ofrecer la respuesta más adecuada ante sus interrogantes. Qué ellos salgan complacidos es siempre el mayor regalo”
Y les comentaba que esta fémina no solo regresó al TMP de la ciudad capital para ejercer como Secretaria Judicial, sino que la valiosa experiencia que atesora es el pretexto para formar.
“Me corresponde ahora educar a los nuevos jueces y demás trabajadores que se nos incorporan; y digo jueces porque un profesional del Derecho que trabaje en los tribunales tiene que ser, primero que todo, un buen secretario. Por ello hoy acompaño, además, a la Presidenta de este órgano, que aunque joven, tiene la cualidad más valiosa: unos inagotables deseos de superación”
Pero además Pardo tiene la misión de continuar uniendo a esta gran familia, de ayudar a que los resultados de trabajo del tribunal sigan en ascenso y sobre todas las cosas, de sembrar valores con su ejemplo.
“Mis compañeros saben que pueden contar conmigo en todo momento. Por estos días mi oficina siempre está llena de preguntas y siempre trato de que ninguna salga sin respuesta”
Confiesa Migdalia que trabajar en los tribunales tiene algo que te atrapa, que te envuelve; por ello ya lleva 37 años de labor y la vida la ha premiado por tanta constancia y dedicación.
“Entre estas oficinas creció mi niña Yeissel Aguiar Pardo. Aquí se formó y encontró su vocación actual: ser una profesional licenciada en Derecho. Y aunque la vida le dio una discapacidad física que le impide ver; Yeissel venció todos los obstáculos y se hizo grande gracias a su perseverancia e inteligencia. Siempre me emociona recordar cuando fue seleccionada como delegada al XV Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, pues uno de esos días viene para arriba de mí corriendo y muy emocionada porque tuvo la oportunidad de tocar el rostro de nuestro Comandante en Jefe, Fidel Castro.
Pero, además, mi hija tuvo el privilegio de que el entonces Ministro de Educación Superior, hoy Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, le entregara su título de oro y su diploma como Mejor Graduada de la universidad. Hoy mi hija es abogada en el Bufete de la ciudad capital de la provincia y desde allí se ha ganado todo el reconocimiento social que encarna su noble profesión”.
Profundamente emocionada, Pardo confiesa además que la vida le dio otro tesoro, una nieta que hoy es el mayor tesoro de su familia. Y cuando le pregunto por personas a las cuales quisiera agradecer, se me queda pensativa, y sin decir nombres, me revela que agradece a todos los que siempre la acompañaron, a los que han estado a su lado y han contribuido a su formación.
Para nosotros, sus compañeros de trabajo, recibir de ella una sonrisa siempre será la mejor manera de saber que su corazón sigue habitando entre estas oficinas y que aquí la tendremos enseñando, trabajando, defendiendo los mejores valores de los seres humanos que habitan en las féminas de la mayor de las Antillas y que nuestro Martí conceptualizara al expresar: “Esta mujer cubana, tan bella, tan heroica, tan abnegada, flor para amar, estrella para mirar, coraza para resistir".