Siempre es grato y oportuno hablar sobre los derechos de los niños, niñas y adolescentes (NNA) y más aún, cuando se trata de aquellos que no siempre logran la comprensión y visibilización necesarias. Uno de ellos es el derecho a la integridad corporal de los NNA en su dimensión referida a sus derechos sexuales y reproductivos, los que garantizan a la persona la libre decisión sobre la manera de vivir el propio cuerpo en las esferas sexual y reproductiva. Su despliegue a plenitud los conecta de modo ineludible a otros bienes jurídicos personalísimos -tales como su vida, identidad e intimidad- y trasciende a puntales constitucionales como la libertad, la salud, la igualdad y el libre desarrollo de la personalidad.